Son demasiadas cosas que contar, he tenido que dividirlo en varias partes, la primera está aquí.
Durante cada semana del embarazo iba disfrutando de mi tripa, de verla crecer, de notar cómo se movía, me encontraba genial, físicamente y en todos los sentidos. Los problemas los relativizaba, el trabajo ya no me agobiaba, sólo estaba feliz de sentir a mi pequeñín creciendo cada día…
Así que llegamos a la eco de la semana 20 muy tranquilos, confiados de que todo iría bien. Nos fuimos a La Paz, la verdad es que después de pasar por la clínica del Viso, la planta de gine del hospital estaba bastante cochambrosa. Frío fue la sensación que me dió. Todo viejo, sensación de sucio, asientos incómodos en pasillos estrechos, muchas batas blancas, frías llamadas por megafonía, caras serias... Nuestro turno en el ecógrafo…
Me tumbo. Ni hola. Empieza a mirar, no me enseña la pantalla. Silencio sepulcral… me han dicho que es un tipo borde así que no me atrevo ni a preguntar. Tic, tac, tic, tac… empieza a dictar a su enfermera. Medidas, números, parámetros… “arteria umbilical única”. Cara seria. Miro a mi hermana, enfermera, que se ha colado con nosotros, también seria. “Ectasia piélica bilateral leve”. Más serios aún. La cara de mi hermana es un poema. La del médico también. Mierda, algo no va bien. Bueno, seguro que sólo es un susto, ya sabemos lo que les gusta asustar para curarse en salud… Nos dicen que estas dos cosas no tienen porqué ser nada, pero que juntas pueden significar alguna malformación. Glups. Glups, glups. No consigo tragar. Y entonces? Entonces, le recomendamos que se haga una cordocentesis. Cómo?? Bueno, una amniocentesis también valdría, da menos seguridad pero tiene menos riesgo. Ala, traga... (cordocentesis: “consiste en extraer sangre fetal mediante la punción del cordón umbilical del bebé guiada por ecografía a través del abdomen de la mamá”, total, nada…pincha en la tripa, llega hasta el saco, atraviésalo, localiza el cordón sin pinchar al niño que ya se mueve un montón, y pincha en el cordón resbaladizo acertando a dejar la aguja en el sitio adecuado… mira, se me pone mal cuerpo solo de pensarlo).
Bueno, pues vamos a pensarlo. Toma (y me alarga una eco 4D en papel, regalo de la casa). Buf, tengo un mal cuerpo que no veas. Ni me atrevo a preguntar más, lo hace mi hermana: perdona… es niño o niña? Niño. Gracias. Hasta luego. Un niño!, vamos a tener un pequeñín! Yo no lo he podido ver, pero Javi dice que lo veía precioso en la pantalla… Qué sensación tan rara, una pedrada en toda mi ilusión y a la vez, la carita de mi niño por primera vez, taan ricoo… mi cara debe ser un cromo.
Pasamos los tres un rato largo en la sala de espera, bueno, el pasillo de espera, pensando. No nos lo podemos creer. Empezamos a decir cosas, lo que se nos ocurre. Hipótesis, supuestos, imagínates, ysis, yonomelocreos… vaya rato. Al final, gracias a las gestiones de mi hermana, es posible hablar ya mismo con la gente de genética del hospital, que nos cuenten esto de las pruebas. Así conocimos a uno de los angelitos que hay por allí: la doctora Mansilla, todo empatía y claridad. Salimos un poco más tranquilos (si es que cabe la tranquilidad en este momento), haremos una amnio. No creo que pudiera llevar tranquila el resto del embarazo sin saber qué está pasando… Joder, una amnio, creía haberme despedido de ese fantasma hace ya unas semanas! Yo que no iba a hacerme casi pruebas lo estoy clavando!
Por suerte, somos “de la casa”. Todo va rápido. La amnio al día siguiente. Le tiendo el papel a la enfermera, mi mano no lo quiere soltar. Pase.
Entro en la sala del ecógrafo, me reciben 5 personas muy serias, una estudiante al mando, el médico detrás. Empiezo a llorar. Señora, si se va a poner así y aún no hemos empezado…, la prueba es difícil, piénseselo bien. Sigo llorando, ahora no sé si es más fuerte el miedo que tengo o las ganas de darle a este tío una patada en la boca. Me saltan todos los miedos, todos los prejuicios contra el hospital, no soy capaz de parar de llorar. Noto como entra la aguja, son muchas capas, me quedo petrificada llorando. Cierro los ojos, visualizo la aguja rompiendo la bolsa y se me pone un nudo en la garganta, veo a mi niño flotando, huyendo de esa cosa punzante. Deseo que no se estropee todo con esta prueba, no me lo perdonaría… Ya está. Salgo de la sala, me pongo a llorar a todo llorar, apoyada en una pared y mareada del shock, “no me lo perdonaría”… Me recoge una enfermera y me pasa a una sala y me dice que me tumbe. El corazón a 500 revoluciones. No noto a mi pequeño. Solo noto el nudo en la garganta.
Me dicen que repose unos días. Metida en la cama, sin moverme. Las horas no pasan. A veces no lo noto, y solo vuelvo a respirar cuando siento otra vez que está ahí. No hago otra cosa que mirar su cara en la foto que nos dieron y llorar. Tres días eternos, al tercero, ya no aguanto más. Hablo con mi hermana y me dice que va a pasar por la consulta de genética, me llama al rato: está bien. El primer análisis rápido está bien. Síndrome de Down y otros dos síndromes relativamente comunes descartados. Respiro, lloro, río, lloro... Espero unos días más en reposo, no quiero ni pensar en una fisura en la bolsa, me da pánico moverme.
Después de unos días, me siento con ánimos de ir a trabajar, así que el lunes me planto en la oficina, cuento mi periplo, “menos mal que ya ha pasado el susto”, ya puedo hacer vida normal… Esa noche, noto un poco de líquido… horror. La imagen de una fisura en la bolsa me retumba. Vuelve a mi cabeza el “no me lo perdonaría”. Así pasamos otra semana de reposo con el alma en un hilo, sustos a media noche,… y un dolor de cuerpo terrible de no cambiar de postura…
Después de todo, los días van pasando y la cosa va quedando atrás, los análisis finales salen bien. Parece que todo ha quedado en un susto. Joder que susto. Y ahí está la ectasia, que una vez descartadas las malformaciones, no se nos olvida que había un problemita en el riñón… bueno, ya parece un mal menor y además, lo normal es que se corrija solo durante el embarazo...
Las siguientes visitas con el gine del ambulatorio van de mal en peor. Chascarrillos cutres, “cómo que no te quieres hacer esa prueba?”, “no quiera usted tanta información”… Al final me hago la curva de la glucosa, a mi pesar. Pero se acabó. El ginesaurio se ha dejado ver… salimos por patas, cambiamos de sitio, nos vamos a Puerta de Hierro. Que si no, entre este tío y La Paz nos van a amargar el embarazo. Con lo bien que yo me encuentro y parece que va saliendo todo mal, cuando en realidad… no hay nada mal!. Seguiremos el tercer trimestre en Puerta de Hierro, pero ya nos ponemos en contacto con la matrona que nos llevará el parto en casa, no quiero más hospitales ni en pintura! Sólo quiero disfrutar de mi embarazo!
Las visitas con Anabel nos encantan, salgo empoderada, segura de mí misma, confiando en mi capacidad de gestar y parir, me dan fuerza. Qué distinto… Qué diferente forma de vivir el embarazo, entre miedos o disfrutando, menudo cambio… Qué maravilla es tener un hijo creciendo dentro! Ver la tripa crecer, sentirlo moverse, saber que se siente bien ahí…
Y aún queda más... continúa aquí.
jueves, 20 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
El embarazo, primer trimestre
Bueno, poco a poco me voy atreviendo con el tema por el que empecé el blog... ya he conseguido ponerme a contar mi embarazo, que es como una mala película de terror y suspense. He acabado con el primer trimestre y he acabado agotada, así que irá por fascículos... este es el primero:
Después de un par de años de espera, de tristezas e ilusiones, ansiedades, agobios, pruebas, citas para dentro de 4 meses en la seguridad social… al final había un bicho. Ureaplasma urealyticum era su nombre. Antibiótico unos días. Y ale, a la siguiente, dos rayas en el test.
A partir de ahí, comenzó la historia de nuestro embarazo, que da para escribir un libro pero que voy a intentar abreviar en unos párrafos…
Bueno, todo empezó un poco antes, con una infección de muelas. Ésta te la tienes que quitar. Así, antibiótico (madre mía, años sin tomar medicación y de repente sobredosis… cosas de la vida), radiografía… firme aquí si no está embarazada. Mire, no creo que lo esté, porque llevo dos años queriendo estarlo, pero ahora mismo no le puedo asegurar… bueno, entonces no podemos hacer esta radiografía, vuelva cuando le baje la regla… nunca volví. Eso sí, esta muela que sigue conmigo ha hecho que tenga que lavarme los dientes hasta después de comer un pistacho.
Bueno, pues cuesta creerlo después de tanto tiempo, pero es así… estoy embarazada. Toma y toma.
Después de lo de la otra vez, pasando de hacernos ecografías antes de la semana 11, total para qué… vamos a enfocar este embarazo con las mínimas intervenciones, nada más que las pruebas inevitables. JA. Ja, ja, ja.
Semana 11, vamos a un ginecólogo privado en El Viso, él único que me da hora para una ecografía dos días después, varios mercedes a la puerta, la clínica del pijerío absoluto, la sala de espera más grande que toda mi casa, mola, me digo, total para eso pago el seguro. Bueno, 3 horas de espera para entrar a una consulta de 2 minutos. El colega, bien repeinado, con el ego bien arriba, moreno de rayos uva, barbilla alta de “las mujeres me necesitan” me hace dice que me va a hacer la eco pero que ellos la suelen hacer en la semana 12, no en la 11, le digo que qué bien, a ver cómo sale. Y después de hacérmela de mala gana y decir, bah, esto no vale para el screening, eso es la semana que viene, mira, no mide suficiente, “ya-te-lo-decía-yo” (ala, nuestro primer momento robado, la primera vez que lo veíamos, no pudimos disfrutarlo…). Y toma ecografía gratis, me podría haber preguntado, porque no me la habría hecho, imbécil. A cuántos ginecólogos piensas ir?, me dice… Y qué estas tomando? Y eso quién te lo ha mandado? Mandan cualquier cosa, y luego los problemas… vaya, no nos estamos gustando mutuamente, pero ya no hay vuelta atrás, necesito esa prueba. Quiero otra analítica, me dice. Pero si ya me hicieron una en el ambulatorio. No, esa no me vale, aquí queremos la nuestra. Otra analítica, ale. Todo doble, qué gasto más tonto. Y qué cabreo… empezamos bien con lo de las no-pruebas…
Semana 12, eco, todo bien, menudo alivio… y qué momento tan bonito, el enano saltando ya, no quería que lo midieran, jaja!. A los pocos días, volvemos a la consulta del ginepijo, a por los resultados, nos citan en otra mansión en el barrio de salamanca. Tumbese y descúbrase la tripa, me dice la enfermera. Para qué? Pues para una eco (la tercera en tres semanas). Ah, es que no quiero hacerme otra eco. Pues es que en esta consulta se hace ecografía cada vez que se viene, más o menos cada 3 semanas… (ostras, menudo negocio, eh?) Ya, pues que no quiero. Ah… no?... Ah... Ojos como platos. Ehhh… bueno… pero “bajo-su-responsabilidad”, eh?? Qué sí, que sí… que vale. Bueno, de esta me he librado… Tiene ahí MI analítica? Déjemela ver… No, no se la puedo dar, se la dará el doctor (Dios)… Joder con los pijos estos, no es mía la analítica? Entramos a la consulta, una habitación de 7x7 metros con cuadros de 2x2 y mesa de 2x3. Hombre, usted por aquí, pensé que no volvería… Pues ya ve… Bueno, la analítica está bien. El screening bien, riesgo “no-se qué-número”, va a querer anmiocentesis? Cómoooo??? Amniocentesis? (sí, cuarto y mitad, no te jode?) Hay algo mal? Qué riesgo es ese??? No, el riesgo es “no-sé-qué-número”, …es (…suspense…)… bajo… Ahhhh, uf, joder qué susto (cómo les mola asustar, eh? Usted lo que quiere es asustarme para luego salvarme? Parece que sí, a las mujeres que he conocido allí les encanta, “es majísimo”, “menos mal que le conocí, me casaría con él”, “mi parto guay, me programaron la cesárea porque en la semana 12 tenía la placenta previa”.… ufff, qué grima!) No, no la quiero. Ah, vale. Salimos de allí pitando.

Semana 13. Bueno, ha llegado el momento de conocer a mi “súper-ginecólogo-seguro-que-va-a-ser-guay” del centro de salud, le llevo todos los papeles acumulados hasta el momento. Le cuento mi vida. Comparado con el anterior, nos pareció simpaticote, graciosete… (no debe estar acostumbrado a que sus pacientes le hagan tantas preguntas, le debí resultar un ejemplar curioso, le debí hacer gracia, vamos) Nos da cita para dentro de unas cuantas semanas… bien! Bueno, no es el ginecólogo de mi vida pero para hacer el seguimiento y que me mande las pruebas ya está, nosotros estamos empezando a pensar en el parto en casa….
Continua aquí...
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viernes, 7 de octubre de 2011
El método Estivill funciona
Y vaya si funciona... ahora ya sé porqué...
El método Estivill consiste básicamente en dejar llorar a los niños para que se duerman, bajo la premisa de que cada vez llorarán menos, y aprenderán a dormir. Se puede leer un resumen aquí. Yo lo leo y me parece una broma...
Ayer, mi pequeñín estaba lleno de mocos, llenito, un tapón que no le dejaba respirar por la nariz. A la hora de acostarnos, con un hambre terrible, quería comer y no podía. Se tiraba a por la teta desaforado, daba una chupada, intentaba respirar y no podía, soltaba la teta, tragaba tosiendo, y a llorar. Así un montón de veces.
Al cabo de un rato repitiendo ese desesperante bucle, durante el cual los nervios, el hambre, la frustración y el sueño iban a más, el llanto pudo con todo lo demás. El chiquitín estuvo llorando desesperado un rato que a nosotros se nos hizo eterno. Y al final, cayó rendido, triunfó el sueño. Un sueño más profundo que ningún día. Un sueño que venía del agotamiento, y que pudo hasta con el hambre.
Para nosotros fue uno de los peores momentos desde que estamos en casa los tres. Porque no queremos que llore, pero no podíamos hacer nada, estabamos tan frustrados como él. Al final cogió el sueño y pudo descansar, pero el disgusto, los nervios, el mal trago, la desesperación de que no le pudieramos consolar... esos, se durmió con ellos... Y nosotros, agotados, también. Pero hoy me he levantado con mal cuerpo. No se descansa igual cuando te acuestas después de haber pasado un mal rato.
Y entonces, esta mañana me he quedado dandole vueltas, pensando, sintiendo pena por todos esos niños que cada noche se acuestan así, porque sus padres, voluntariamente han decidido que así es como deben aprender a dormir, contentos tras comprobar que efectivamente al final el niño se duerme... que sí, que se duermen, yo lo comprobé ayer...
Este señor va a sacar otro libro que tanta gente comprará porque quiere lo mejor para su hijo y quiere enseñarle a dormir... y yo no quiero dejar de escribir aquí porqué no hay que utilizar este método:
El método Estivill funciona, vaya si funciona. Los niños duermen. Autodrogados pero duermen. Con miedo pero duermen. Adiestrados pero duermen. Ya han aprendido "quién manda aquí".
Es importante que en una sociedad patriarcal y jerarquizada como esta, donde las emociones, la maternidad, la conexión con la vida están bajo mínimos... las cosas queden claritas desde el principio. Este niño tiene que aprender que sus deseos y necesidades no son importantes. El sistema necesita gente que no piense, que acate las normas, que no pregunte, que no se rebele. Que el amor, la naturaleza y el instinto no existan. Así que en este contexto, el método Estivill es un chollo, y además funciona.
Dejo aquí una página con un montón de información sobre el método, sus consecuencias, estudios sobre el llanto de los bebés, sobre el sueño y muchas cosas más. Y un libro que para nosotros ha sido genial:
El método Estivill consiste básicamente en dejar llorar a los niños para que se duerman, bajo la premisa de que cada vez llorarán menos, y aprenderán a dormir. Se puede leer un resumen aquí. Yo lo leo y me parece una broma...
Ayer, mi pequeñín estaba lleno de mocos, llenito, un tapón que no le dejaba respirar por la nariz. A la hora de acostarnos, con un hambre terrible, quería comer y no podía. Se tiraba a por la teta desaforado, daba una chupada, intentaba respirar y no podía, soltaba la teta, tragaba tosiendo, y a llorar. Así un montón de veces.
Al cabo de un rato repitiendo ese desesperante bucle, durante el cual los nervios, el hambre, la frustración y el sueño iban a más, el llanto pudo con todo lo demás. El chiquitín estuvo llorando desesperado un rato que a nosotros se nos hizo eterno. Y al final, cayó rendido, triunfó el sueño. Un sueño más profundo que ningún día. Un sueño que venía del agotamiento, y que pudo hasta con el hambre.
Y entonces, esta mañana me he quedado dandole vueltas, pensando, sintiendo pena por todos esos niños que cada noche se acuestan así, porque sus padres, voluntariamente han decidido que así es como deben aprender a dormir, contentos tras comprobar que efectivamente al final el niño se duerme... que sí, que se duermen, yo lo comprobé ayer...
Este señor va a sacar otro libro que tanta gente comprará porque quiere lo mejor para su hijo y quiere enseñarle a dormir... y yo no quiero dejar de escribir aquí porqué no hay que utilizar este método:
- Porque es ante todo una falta de respeto al niño. Nunca a un adulto lo tratarías así. Si tu pareja, tu madre, tu amigo lloran... corres a preguntar qué pasa y porqué se siente así y tratas de consolarlo... por qué tu hijo no se merece esto? Si este tipo de entrenamiento se hiciera con otras personas, se llamaría maltrato. El respeto a cualquier persona, incluidos los niños, incluye el respeto a sus ritmos naturales.
- Porque es un engaño. Porque sí, se duermen, pero este señor no cuenta en su libro que el daño queda. La inseguridad, el miedo a la oscuridad y a la noche, la sensación de que a papá y mamá no les importa que llores, el hecho de que tus necesidades no son importantes... Aún no han estudiado cómo andan de autoestima los niños educados con este "método" al cabo de los años. "Un niño que siente miedo y cuyo llanto no es atendido, segrega adrenalina y otras sustancias que hacen que en todo su organismo se active un estado de alerta (igual que te ocurre a ti en situaciones de peligro). Llega un momento en que la amígdala, una parte del cerebro emocional, se colapsa. Entonces el organismo empieza a segregar nuevas sustancias (endorfinas, serotonina) para combatir ese estado de alerta, pues no se puede mantener por demasiado tiempo. Es entonces cuando el niño, drogado por su propio organismo, se duerme. ¿Ha aprendido a dormir? No. Se ha autodrogado" (Dormir sin Lágrimas, Rosa Jové). En esto es que se basa el Estivill. Cuanto más pequeño es el niño, mayor es el estado de shock al que se le somete.
- Porque implica actuar en contra de tu instinto como madre o padre. No hay nada que taladre más el corazón y los oídos que el llanto desazonado de un niño, y tu reacción instintiva es socorrerlo. Para no hacerlo tienes que morderte las uñas y tragarte el nudo de la garganta. Porque es antinatural.
- Porque el niño no es un robot a quien hay que adiestrar en base a unas tablas con números. Necesita tu compañía y tu contacto, más aún por las noches. Es un niño y durante sus primeros años se están formando su personalidad, su autoestima, su concepto de la vida y de sí mismo. Pensar en el niño como en un ser manipulador por naturaleza dice muy poco de la conexión de los padres con la vida.
El método Estivill funciona, vaya si funciona. Los niños duermen. Autodrogados pero duermen. Con miedo pero duermen. Adiestrados pero duermen. Ya han aprendido "quién manda aquí".
Es importante que en una sociedad patriarcal y jerarquizada como esta, donde las emociones, la maternidad, la conexión con la vida están bajo mínimos... las cosas queden claritas desde el principio. Este niño tiene que aprender que sus deseos y necesidades no son importantes. El sistema necesita gente que no piense, que acate las normas, que no pregunte, que no se rebele. Que el amor, la naturaleza y el instinto no existan. Así que en este contexto, el método Estivill es un chollo, y además funciona.
Dejo aquí una página con un montón de información sobre el método, sus consecuencias, estudios sobre el llanto de los bebés, sobre el sueño y muchas cosas más. Y un libro que para nosotros ha sido genial:
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jueves, 29 de septiembre de 2011
Sátira del amamantamiento
Me ha parecido genial este texto que he leído en el blog de Cozybebe... (lo comparto, gracias Ana!)
Ay! qué diferente si amamantaran los hombres...! La verdad es que me he partido de la risa leyendolo, pero al rato se me ha quedado un regustillo amargo... no sé porqué... :L
En otro planeta, un hombre joven se preparaba para su primera experiencia sexual. Estaba nervioso, ya que nunca habia hablado con alguien que hubiera tenido éxito. Así que decidió preguntarle a algunos de sus amigos sobre sus experiencias.
"Yo quería hacerlo, de veras!" exclamó uno de sus amigos, "pero mi doctor me dijo que mi pene era demasiado pequeño".
"De veras?" interrumpió otro amigo, "pero si mi doctor me dijo que el mio era demasiado grande!"
"Yo también lo deseaba, pero resultó que no tenia suficiente para satisfacerla", dijo otro.
"Yo nunca quise. Es tan desagradable! Me sentiría como si fuese un animal o algo parecido. Yo se que dicen que el pene es el mejor, pero todas las mias fueron excitadas artificialmente y todas estaban contentas y satisfechas", dijo el más viejo en el grupo.
"Tu no te habías divorciado 7 veces?" le pregunto el joven.
"Si, pero eso no tuvo nada que ver", este le contestó.
"Yo escuche que uno tenía que prepararlo para hacerlo más fuerte antes de hacerlo...tu sabes, restregándolo con una toalla o algo así", dijo uno de los amigos.
"Y al principio no puedes hacerlo por más de unos minutos, o te laceras".
"Mi primo dijo que era extremadamente doloroso. Su pene se agrietó y sangró. El solo duró un par de días. Gracias a Dios que hoy tenemos alternativas" dijo el amigo que era demasiado pequeño.
"Yo tengo un amigo que si lo hizo", dijo uno, casi murmurando. "Pero a mi me pareció que era demasiado trabajo. Cada vez que le hablaba me parecía o que acababa de terminar o estaba a punto de hacerle el amor a su esposa. Yo le dije que era claro que no la estaba satisfaciendo o ella no lo pediría tan a menudo. Yo le dije que el la necesitaba suplementar con un vibrador. Pero el no quiso."
"Bueno, yo de veras que deseo tratarlo", dijo el joven.
"Bueno para ti!" le dijo su amigo que era demasiado grande. "Pero mantenla en un horario o te manipulará".
El joven estaba tan confundido que decidió hablarle a su médico sobre el asunto.
"Yo entiendo tu preocupación", le contestó el médico, colocando su mano sobre el hombro del joven.
"Muchos hombres, especialmente los primerizos, no pueden satisfacer las necesidades de sus mujeres con sus penes.
Tomar clases y leer libros no parece ser de ayuda. Luego de muchos esfuerzos la mayoría de los hombres simplemente no pueden.
Se le conoce como sindrome de poco pene. Yo sé que tu deseas tratar, y pienso que es formidable, pero dejame enviarte a casa con este vibrador por si acaso. Mira, es virado de un ángulo especial para asegurarte de que lo hagas en una posición semi-sentada".
El joven agradecido se llevo el vibrador a su casa y pensó en todo lo que le habían dicho. Cuando llegara el momento el estaba determinado a hacerlo de forma natural.
El estaba nervioso y excitado. Trató de hacer todo bien. Miró el reloj y paró exactamente en los minutos que le habían recomendado. El evento fué una humillante falla. Su mujer estaba frustrada y molesta. El no lo podía comprender. Hizo todo lo que le habían recomendado. Su compañera le dijo que lo amaba y que sus caricias eran suficientes, y que juntos aprenderían a hacerlo bien. Pero la segunda vez que ella mostró interés el joven pensó, "Solo esta vez usaré el vibrador. No puedo aguantar la idea de que ella se quede insatisfecha".
Pero nadie le había informado sobre el peligro de confusión de pene. Pronto ella desarrolló una preferencia por el vibrador y rechazó el pene por completo. De un modo, el lo prefirió así también. Si el necesitara salir de vez en cuando cualquiera la podría satisfacer.
Y aunque él escuchó que el debía aguantarla entre sus brazos cada vez, para promover el enlace, se le hizo cada vez más fácil dejarla en una esquina con el vibrador mientras el hacía sus diligencias.
Era importante para el mantenerse ocupado. Si dejaba pasar un tiempo para sentir, siempre se sentía triste. Ser un buen amante no era lo que el esperaba. El quería estar lejos de su mujer. El resentía sus demandas y se sentía que no era el adecuado para llenar sus necesidades. La cercanía que el había soñado nunca se desarrolló.
Un día el joven tomó suficiente valor para preguntarle a su amigo por el número del hombre que el conocía que lo había hecho.
"Hola" dijo el joven. "Me dió tu número un amigo. Deseo obtener información de como hacer el amor. No pude hacerlo con mi primer amante y si tuviese otra, me gustaría hacerle el amor yo mismo".
"Cuanto lleva tu relación", preguntó el hombre del teléfono.
"Solo unos meses", contestó tristemente el hombre.
"Te gustaría hacerle el amor a tu esposa ahora? Nunca es tarde!" le dijo el hombre.
"De veras tu piensas que puedo?" le preguntó el joven. Se sintió con esperanzas por vez primera en mucho tiempo.
Ellos hablaron un rato y el hombre lo invitó a las reuniones de La Cosa League (La Cosa es en ingles The Thing, que significa pene). La Cosa League era un grupo dedicado a proveer apoyo e información a hombres que deseaban hacerle el amor a sus mujeres.
El estaba asombrado de cuántos hombres estaban haciéndolo y estaba siendo apoyado por hombres que habían sobrepasado muchos obstáculos para satisfacer a sus esposas.
"Que necesito hacer?" dijo el joven bien determinado.
"Lo primero que debes hacer es deshacerte del vibrador". El joven no sabia como responder. Una roca de nervios se formó en su estomago. "No puedo..."
"Tu mujer va a protestar un poco, pero ser perseverante. Ella pronto se acostumbrará a tu cuerpo".
"Qué si no puedo satisfacerla?" preguntó el joven.
El líder le aseguró que aún si le tomaba un tiempo, con la práctica este no tendría ningun problema.
"Bueno, que tan a menudo, y por cuanto tiempo?"
"Mira las señales de ella" le respondió uno de los hombres. "Mira a tu mujer y no al reloj". Su mente viajaba mientras iba a su casa. Pensaba en todo lo que escuchó. Como es que nadie le habia hablado de esto antes? Parecía tan radical, pero de alguna forma le parecía bien.
Al principio su mujer no estaba interesada en cambiar. Ella le protestó cuando este le ofreció el pene. Lo rechazó en frío.
Pero con paciencia y perseverancia eventualmente lo aceptó. El estaba sorprendido que una vez ella lo aceptó parecía que no lo quería dejar ir. Nunca se había sentido tan orgulloso en toda su vida. Lo había logrado!
Le había hecho el amor a su mujer con su propio cuerpo!
La proxima vez que su mujer le pidió el vibrador él gentil y amorosamente le ofreció su pene. Ella protestó un poco pero rápido lo aceptó. El estaba más excitado que la primera vez. A el joven le había preocupado que la vez anterior fuese solo suerte, pero ahora creía que si lo podía hacer. Para su deleite, su mujer nunca pidió el vibrador de nuevo.
La transformación en su actitud hacia su mujer era remarcable. El joven nunca más resintió el hacer el amor a media noche.
Sentía un vínculo con ella que ni siquiera conocía. No quería que otras personas la satisfacieran, y no quería irse lejos de ella.
Su actitud sobre el mismo también había cambiado. Se sentía tan confidente y tan calmado. El no era inadecuado ni reemplazable.
Le dolía al pensar en todos los hombres que no conocían lo que el ya sabía. Pero se sentía más triste por las mujeres.
Mientras miraba a su mujer sobrevivir solo de su amor su entusiasmo por hacer el amor creció más y más.
Un día mientras hablaba con sus amigos alguien comenzó a hablar sobre lo último en vibradores. Ellos discutían los méritos de la nueva herramienta cuando el excitadamente dijo, "Nosotros tiramos el nuestro".
El cuarto se quedó silencioso.
"Qué?" preguntó el amigo con el pene muy pequeño.
"Hemos tirado el vibrador", volvió a repetir.
"Y que usan entonces?" preguntó su amigo con el pene muy grande.
"Yo le hago el amor yo mismo", le contestó el joven.
"Duele mucho?"
"Te arrepentirás".
"O no! No te estarás juntando con esos fanáticos de La Cosa League?" , preguntó su amigo que no podía.
"No son fanáticos", dijo calmadamente el joven. "Ellos me dieron mucha buena información. Estoy contento con mi decisión".
Los hombres se echaron a reír. "Lo próximo que escucharemos es que va a dejar de afeitarse", bromeó el divorciado.
"O la va a dejar dormir en su cama", bromeo otro.
"Tu si que lo has hecho ahora", dijo el del muy pequeño.
"Que harás si te tienes que ir por un tiempo? Y debes desear que no comience a morder!"
"Preparate a perder tu vida." , le advirtió el divorciado.
"Tu cerebro se convertirá en cebada".
El joven pensó en todo esto y se rió dentro de si. El no sentía que estaba perdiendo nada, especialmente cuando miraba todo lo que había ganado.
"Sabes, creo que a mi me gusta tanto como a ella".
"Hombre, tu si que eres radical".
Traducción del inglés por Carmen Cabrer
Escrito por Janis Honea (701) 582-2822 Winter 1997, Volume 48
"No me había reido tanto desde que leí el libro Breastfeeding Matters de M. Minchin. " (Carmen)
Ains... hay algo comparable a esta sensación?:
Ay! qué diferente si amamantaran los hombres...! La verdad es que me he partido de la risa leyendolo, pero al rato se me ha quedado un regustillo amargo... no sé porqué... :L

"Yo quería hacerlo, de veras!" exclamó uno de sus amigos, "pero mi doctor me dijo que mi pene era demasiado pequeño".
"De veras?" interrumpió otro amigo, "pero si mi doctor me dijo que el mio era demasiado grande!"
"Yo también lo deseaba, pero resultó que no tenia suficiente para satisfacerla", dijo otro.
"Yo nunca quise. Es tan desagradable! Me sentiría como si fuese un animal o algo parecido. Yo se que dicen que el pene es el mejor, pero todas las mias fueron excitadas artificialmente y todas estaban contentas y satisfechas", dijo el más viejo en el grupo.
"Tu no te habías divorciado 7 veces?" le pregunto el joven.
"Si, pero eso no tuvo nada que ver", este le contestó.
"Yo escuche que uno tenía que prepararlo para hacerlo más fuerte antes de hacerlo...tu sabes, restregándolo con una toalla o algo así", dijo uno de los amigos.
"Y al principio no puedes hacerlo por más de unos minutos, o te laceras".
"Mi primo dijo que era extremadamente doloroso. Su pene se agrietó y sangró. El solo duró un par de días. Gracias a Dios que hoy tenemos alternativas" dijo el amigo que era demasiado pequeño.
"Yo tengo un amigo que si lo hizo", dijo uno, casi murmurando. "Pero a mi me pareció que era demasiado trabajo. Cada vez que le hablaba me parecía o que acababa de terminar o estaba a punto de hacerle el amor a su esposa. Yo le dije que era claro que no la estaba satisfaciendo o ella no lo pediría tan a menudo. Yo le dije que el la necesitaba suplementar con un vibrador. Pero el no quiso."
"Bueno, yo de veras que deseo tratarlo", dijo el joven.
"Bueno para ti!" le dijo su amigo que era demasiado grande. "Pero mantenla en un horario o te manipulará".
El joven estaba tan confundido que decidió hablarle a su médico sobre el asunto.
"Yo entiendo tu preocupación", le contestó el médico, colocando su mano sobre el hombro del joven.
"Muchos hombres, especialmente los primerizos, no pueden satisfacer las necesidades de sus mujeres con sus penes.
Tomar clases y leer libros no parece ser de ayuda. Luego de muchos esfuerzos la mayoría de los hombres simplemente no pueden.
Se le conoce como sindrome de poco pene. Yo sé que tu deseas tratar, y pienso que es formidable, pero dejame enviarte a casa con este vibrador por si acaso. Mira, es virado de un ángulo especial para asegurarte de que lo hagas en una posición semi-sentada".
El joven agradecido se llevo el vibrador a su casa y pensó en todo lo que le habían dicho. Cuando llegara el momento el estaba determinado a hacerlo de forma natural.
El estaba nervioso y excitado. Trató de hacer todo bien. Miró el reloj y paró exactamente en los minutos que le habían recomendado. El evento fué una humillante falla. Su mujer estaba frustrada y molesta. El no lo podía comprender. Hizo todo lo que le habían recomendado. Su compañera le dijo que lo amaba y que sus caricias eran suficientes, y que juntos aprenderían a hacerlo bien. Pero la segunda vez que ella mostró interés el joven pensó, "Solo esta vez usaré el vibrador. No puedo aguantar la idea de que ella se quede insatisfecha".
Pero nadie le había informado sobre el peligro de confusión de pene. Pronto ella desarrolló una preferencia por el vibrador y rechazó el pene por completo. De un modo, el lo prefirió así también. Si el necesitara salir de vez en cuando cualquiera la podría satisfacer.
Y aunque él escuchó que el debía aguantarla entre sus brazos cada vez, para promover el enlace, se le hizo cada vez más fácil dejarla en una esquina con el vibrador mientras el hacía sus diligencias.
Era importante para el mantenerse ocupado. Si dejaba pasar un tiempo para sentir, siempre se sentía triste. Ser un buen amante no era lo que el esperaba. El quería estar lejos de su mujer. El resentía sus demandas y se sentía que no era el adecuado para llenar sus necesidades. La cercanía que el había soñado nunca se desarrolló.
Un día el joven tomó suficiente valor para preguntarle a su amigo por el número del hombre que el conocía que lo había hecho.
"Hola" dijo el joven. "Me dió tu número un amigo. Deseo obtener información de como hacer el amor. No pude hacerlo con mi primer amante y si tuviese otra, me gustaría hacerle el amor yo mismo".
"Cuanto lleva tu relación", preguntó el hombre del teléfono.
"Solo unos meses", contestó tristemente el hombre.
"Te gustaría hacerle el amor a tu esposa ahora? Nunca es tarde!" le dijo el hombre.
"De veras tu piensas que puedo?" le preguntó el joven. Se sintió con esperanzas por vez primera en mucho tiempo.
Ellos hablaron un rato y el hombre lo invitó a las reuniones de La Cosa League (La Cosa es en ingles The Thing, que significa pene). La Cosa League era un grupo dedicado a proveer apoyo e información a hombres que deseaban hacerle el amor a sus mujeres.
El estaba asombrado de cuántos hombres estaban haciéndolo y estaba siendo apoyado por hombres que habían sobrepasado muchos obstáculos para satisfacer a sus esposas.
"Que necesito hacer?" dijo el joven bien determinado.
"Lo primero que debes hacer es deshacerte del vibrador". El joven no sabia como responder. Una roca de nervios se formó en su estomago. "No puedo..."
"Tu mujer va a protestar un poco, pero ser perseverante. Ella pronto se acostumbrará a tu cuerpo".
"Qué si no puedo satisfacerla?" preguntó el joven.
El líder le aseguró que aún si le tomaba un tiempo, con la práctica este no tendría ningun problema.
"Bueno, que tan a menudo, y por cuanto tiempo?"
"Mira las señales de ella" le respondió uno de los hombres. "Mira a tu mujer y no al reloj". Su mente viajaba mientras iba a su casa. Pensaba en todo lo que escuchó. Como es que nadie le habia hablado de esto antes? Parecía tan radical, pero de alguna forma le parecía bien.
Al principio su mujer no estaba interesada en cambiar. Ella le protestó cuando este le ofreció el pene. Lo rechazó en frío.
Pero con paciencia y perseverancia eventualmente lo aceptó. El estaba sorprendido que una vez ella lo aceptó parecía que no lo quería dejar ir. Nunca se había sentido tan orgulloso en toda su vida. Lo había logrado!
Le había hecho el amor a su mujer con su propio cuerpo!
La proxima vez que su mujer le pidió el vibrador él gentil y amorosamente le ofreció su pene. Ella protestó un poco pero rápido lo aceptó. El estaba más excitado que la primera vez. A el joven le había preocupado que la vez anterior fuese solo suerte, pero ahora creía que si lo podía hacer. Para su deleite, su mujer nunca pidió el vibrador de nuevo.
La transformación en su actitud hacia su mujer era remarcable. El joven nunca más resintió el hacer el amor a media noche.
Sentía un vínculo con ella que ni siquiera conocía. No quería que otras personas la satisfacieran, y no quería irse lejos de ella.
Su actitud sobre el mismo también había cambiado. Se sentía tan confidente y tan calmado. El no era inadecuado ni reemplazable.
Le dolía al pensar en todos los hombres que no conocían lo que el ya sabía. Pero se sentía más triste por las mujeres.
Mientras miraba a su mujer sobrevivir solo de su amor su entusiasmo por hacer el amor creció más y más.
Un día mientras hablaba con sus amigos alguien comenzó a hablar sobre lo último en vibradores. Ellos discutían los méritos de la nueva herramienta cuando el excitadamente dijo, "Nosotros tiramos el nuestro".
El cuarto se quedó silencioso.
"Qué?" preguntó el amigo con el pene muy pequeño.
"Hemos tirado el vibrador", volvió a repetir.
"Y que usan entonces?" preguntó su amigo con el pene muy grande.
"Yo le hago el amor yo mismo", le contestó el joven.
"Duele mucho?"
"Te arrepentirás".
"O no! No te estarás juntando con esos fanáticos de La Cosa League?" , preguntó su amigo que no podía.
"No son fanáticos", dijo calmadamente el joven. "Ellos me dieron mucha buena información. Estoy contento con mi decisión".
Los hombres se echaron a reír. "Lo próximo que escucharemos es que va a dejar de afeitarse", bromeó el divorciado.
"O la va a dejar dormir en su cama", bromeo otro.
"Tu si que lo has hecho ahora", dijo el del muy pequeño.
"Que harás si te tienes que ir por un tiempo? Y debes desear que no comience a morder!"
"Preparate a perder tu vida." , le advirtió el divorciado.
"Tu cerebro se convertirá en cebada".
El joven pensó en todo esto y se rió dentro de si. El no sentía que estaba perdiendo nada, especialmente cuando miraba todo lo que había ganado.
"Sabes, creo que a mi me gusta tanto como a ella".
"Hombre, tu si que eres radical".
Traducción del inglés por Carmen Cabrer
Escrito por Janis Honea (701) 582-2822 Winter 1997, Volume 48
"No me había reido tanto desde que leí el libro Breastfeeding Matters de M. Minchin. " (Carmen)
Ains... hay algo comparable a esta sensación?:
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lunes, 26 de septiembre de 2011
A esto lo llaman conciliar...
Menos mal que con el sueldo del Pirata podemos vivir los tres... (por ahora)
Menos mal que en agresta tenemos un par de meses de baja extra...
Menos mal que en la coope no hay ninguna objección a que coja una excedencia...
La garrapatilla tiene ya 6 meses y yo sigo en casa con él... Pero es que se me pone un nudo en el estómago como a Ira cada vez que pienso que mi peque podría estar metido en una guardería, y yo delante de un ordenador, solo pensando el uno en el otro...
Después de 3 meses que el peque ha estado ingresado en el hospital durante los cuales yo he tenido permiso pero el Pirata no..., ah, porque se deben pensar que una sola persona es capaz de sobrellevar la estancia de "nada incluido" durante 3 largos meses de ingreso de un bebé recién nacido, bueno mujer, pero si no hace falta que estés aquí todo el día, ya estamos nosotros, tú lo que tienes que hacer es descansar... (comoloyes), pues claro, ha tenido que cogerse la mitad de mi baja, todo lo que ha podido, osea 2 meses más o menos para poder estar conmigo, para que yo no estuviera sola en la pelea diaria con el personal sanitario, para que yo pudiera dormir algunas horas, para llevar y traer comidas... Bueno, pues después de 3 meses de ingreso sin haber disfrutado de nuestro hijo en casa, a mí me quedan 2 mesinos de baja, (dos!). Y su papi que tuvo que gastar la mitad de sus vacaciones en una lujosa estancia hospitalaria...
Hace un mes que mi niño se hubiera tenido que empezar a quedar en una guardería, y a mí... es que me da la risa, vamos. Quesque me empiezo a reír y no paro. Vamos, que se necesita maquinaria pesada para venir y separarnos, oiga. Y que la echaremos larga. Bendita excedencia...
Eso sí, medallas en conciliación, las que quieras. Va y dice el Valeriano que "para alcanzar la conciliación entre la vida laboral y personal en España, "todos" los niños deben estar escolarizados "inmediatamente" después de nacer. "Si tuviera que elegir una sola medida por encima de todas las demás para estimular la igualdad y, al mismo tiempo, la eficiencia de una economía, la capacidad, la producción y la riqueza a medio y largo plazo, esa sería que todos los chicos pudieran estar escolarizados inmediatamente después de su nacimiento". Yo es que me troncho. Mira que le contestaría, pero es que no lo haría mejor que Violeta, o Ileana, o Louma, o Mónica, o Vivian, o Silvia, o tantas otras...
Lo que sí podemos hacer es empezar a luchar juntas para que esto cambie. Solo hay que empezar a organizarse, y ya lo estamos haciendo aquí! Unete y luchemos juntos por una CONCILIACION REAL YA!
Menos mal que en agresta tenemos un par de meses de baja extra...
Menos mal que en la coope no hay ninguna objección a que coja una excedencia...
La garrapatilla tiene ya 6 meses y yo sigo en casa con él... Pero es que se me pone un nudo en el estómago como a Ira cada vez que pienso que mi peque podría estar metido en una guardería, y yo delante de un ordenador, solo pensando el uno en el otro...
Después de 3 meses que el peque ha estado ingresado en el hospital durante los cuales yo he tenido permiso pero el Pirata no..., ah, porque se deben pensar que una sola persona es capaz de sobrellevar la estancia de "nada incluido" durante 3 largos meses de ingreso de un bebé recién nacido, bueno mujer, pero si no hace falta que estés aquí todo el día, ya estamos nosotros, tú lo que tienes que hacer es descansar... (comoloyes), pues claro, ha tenido que cogerse la mitad de mi baja, todo lo que ha podido, osea 2 meses más o menos para poder estar conmigo, para que yo no estuviera sola en la pelea diaria con el personal sanitario, para que yo pudiera dormir algunas horas, para llevar y traer comidas... Bueno, pues después de 3 meses de ingreso sin haber disfrutado de nuestro hijo en casa, a mí me quedan 2 mesinos de baja, (dos!). Y su papi que tuvo que gastar la mitad de sus vacaciones en una lujosa estancia hospitalaria...
Hace un mes que mi niño se hubiera tenido que empezar a quedar en una guardería, y a mí... es que me da la risa, vamos. Quesque me empiezo a reír y no paro. Vamos, que se necesita maquinaria pesada para venir y separarnos, oiga. Y que la echaremos larga. Bendita excedencia...
Eso sí, medallas en conciliación, las que quieras. Va y dice el Valeriano que "para alcanzar la conciliación entre la vida laboral y personal en España, "todos" los niños deben estar escolarizados "inmediatamente" después de nacer. "Si tuviera que elegir una sola medida por encima de todas las demás para estimular la igualdad y, al mismo tiempo, la eficiencia de una economía, la capacidad, la producción y la riqueza a medio y largo plazo, esa sería que todos los chicos pudieran estar escolarizados inmediatamente después de su nacimiento". Yo es que me troncho. Mira que le contestaría, pero es que no lo haría mejor que Violeta, o Ileana, o Louma, o Mónica, o Vivian, o Silvia, o tantas otras...
Lo que sí podemos hacer es empezar a luchar juntas para que esto cambie. Solo hay que empezar a organizarse, y ya lo estamos haciendo aquí! Unete y luchemos juntos por una CONCILIACION REAL YA!
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martes, 20 de septiembre de 2011
Alucinando con el enano
Pues resulta que el otro día buceando en la blogosfera maternal me topé con esta entrada en el blog de Mimos y Teta sobre el control de esfínteres.
Mi pequeño tiene 5 meses y medio (¡cinco meses y medio!) y yo por ahora no me voy a incorporar a trabajar así que con algo de escepticismo pero mucha ilusión decidí probar... y estoy a-lu-ci-nan-do.
Y en ese sentido, los brazos, la lactancia, el colecho... todas esas cosas en que vamos llevando la contraria a la mayoría por permitir que sean nuestro bebé, nuestros instintos y la naturaleza quienes nos dirijan, son más conocidos, aún siendo minoritarios ya hay un fuerte movimiento en esto que es la crianza con apego.
Mi pequeño tiene 5 meses y medio (¡cinco meses y medio!) y yo por ahora no me voy a incorporar a trabajar así que con algo de escepticismo pero mucha ilusión decidí probar... y estoy a-lu-ci-nan-do.
Os animo a leer la entrada, pero más o menos un mini-resumen sería este:
"...Un bebé normal y con buena salud es totalmente consciente de las funciones fisiológicas de eliminación de su cuerpo y puede aprender a responder a ellas desde muy pequeño. Utilizando pañales, le condicionamos y, entonces, le enseñamos a ir en ellos. Más adelante deberá desaprenderlo, y esto puede confundirle y ser la causa de una experiencia muy desagradable.
Un bebé hace todo lo que puede para comunicar esta conciencia de lo que le ocurre, pero, si no escuchamos, dejará de hacerlo y gradualmente perderá la conexión con sus funciones fisiológicas. Se le condiciona a no preocuparse y a aprender que queremos que use el pañal como inodoro...","...es un trabajo en equipo, algo que hacéis juntos a través de una comunicación muy estrecha y con confianza mutua. No es algo que estás haciendo a tu bebé y no es algo que él pueda hacer sin ti. Si tienes fuerza de voluntad y puedes, y tu bebé está sano, el bebé está listo para empezar..."
Pues bien, ahora paso a relatar lo que llevo viendo estos tres días que llevamos haciendo esto.
Nada más leerlo, esa misma tarde, puse al pequeñajo en vilo sobre la palangana, hice bssssbssssbssssbsss, et voilà!!
Se me salían los ojos de las órbitas y pensé... qué casualidad, qué bueno!.
Cuando 4 o 5 veces hasta la cena repetimos este proceso y cada vez que lo ponía hacía pis, empezamos a pensar que esto realmente funciona.
Esa misma noche, mojó algo el pañal, pero por la mañana cuando empezó a bracear y a dar vueltas en la cama me lo llevé al baño y... premio! Su primera caca en palangana, juas! Su padre no daba crédito!
Ayer en todo el día no mojó un solo pañal, ni siquiera en los paseos de casi dos horas que dimos por la calle.
Y seguimos alucinando, porque esta mañana, a las 6 de la mañana después de toda la noche mamando a ratitos, se ha empezado a mover y al llevarlo, sorpresa, un pis gigante y el pañal, seco! Y a las 7, premio igual que la mañana anterior!!
Vamos que solo llevamos 3 días pero es que no ha mojado un pañal desde el primer momento...
Después de darle vueltas, la verdad es que tiene sentido... de la misma manera que se nos presiona para que compremos leche de fórmula (que la de mami no da beneficios a ninguna empresa), pues dodot & company nos han hecho creer que nuestros niños no saben controlarse, y que les necesitamos! Nos creemos que mean de forma continua en el tiempo, y... no! Mean igual que nosotros, después de comer, después de una siesta... Nos han hecho engañarles con un pañal que no les permite notar que están húmedos y les hacemos aprender que queremos que hagan pis ahí, y descontrolen sus esfínteres cuando ellos ya los controlan. Y luego, claro, toca enseñarles a re-aprender algo que ya sabían.
Y es que ultimamente me ando (me ando, juas! me ha salido sin querer!) haciendo muchas preguntas, no me creo nada de lo de "es así de toda la vida", "en mis tiempos se hacía así" y cosas de esas.
Pero... y si con los pañales pasara lo mismo?
Para quién son cómodos los pañales? Para los niños seguro que no...
Cuánto dinero gastamos en pañales? Menudo chollo...
Cuánta basura generamos? Ufff
En este sentido hay ahora un empuje fuerte de los pañales de tela, pero, y si podemos ir más allá?
Nosotros estamos decididos a probarlo, y por ahora, en tres (3!) días, ya estamos alucinando con nuestro pequeñajo de cinco meses y medio...
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domingo, 18 de septiembre de 2011
El maltrato sutil
Aquí dejo un pequeño video que me ha encantado...
Me llama la atención cómo recibimos este mensaje desde pequeños, sin darnos cuenta, tantas veces, de boca de la gente, en la tele, las revistas, la publicidad infinita... a veces incluso de gente muy cercana que nos quiere... Cuántas veces este mensaje nos pasa inadvertido... Bueno, el primer paso es darse cuenta para empezar a dar la vuelta, no?
Me quedo con la frase final... :)
Me llama la atención cómo recibimos este mensaje desde pequeños, sin darnos cuenta, tantas veces, de boca de la gente, en la tele, las revistas, la publicidad infinita... a veces incluso de gente muy cercana que nos quiere... Cuántas veces este mensaje nos pasa inadvertido... Bueno, el primer paso es darse cuenta para empezar a dar la vuelta, no?
Me quedo con la frase final... :)
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