La primera salida es pensar que qué mala suerte, que porqué a nosotros, que porqué a otra gente no les ocurre… te ves en una situación en la que no pensabas verte… “pobrecitos…a mí no me pasará eso”, “cuando queramos quedarnos embarazados será todo sencillo, el trabajo que hay que hacer está claro ;) no?, “uno hace lo que tantos libros enseñan y listo”…
Luego, cuando coges distancia, te das cuenta de que no eres el único, de que cada vez cuesta más, de que hay muchas parejas sumidas en esa angustia inconfesable que es no poder quedarse embarazados… Y es un tema tan complicado… No se habla de esto, no se comenta, se deja para la intimidad de la pareja, no es fácil asumir que eso te está pasando, es algo así como reconocer que no estás a la altura, o enfrentarse a algo que no podemos manejar, acostumbrados como estamos a conseguir lo que sea a golpe de dinero. No, esto no se consigue con dinero, la vida no se compra. La vida llega, y no la puedes obligar. Y a lo mejor no quiere contigo, o a lo mejor es que aún no estás preparado…
La situación se complica con el paso del tiempo, porque al principio no entiendes, y luego, según pasan los meses y los ciclos van pasando, te sumes en una montaña rusa en la que cada 15 días te mueves entre la ilusión de confiar en que “seguro que esta vez sí”, y el bajón de esa primera molestia en la tripa que te dice que por ahora todo seguirá igual. Y cada mes una pequeña depresión que llega con la regla, y que a la vez limpia, y prepara el terreno para una nueva ilusión… Y en esta montaña rusa llegan noticias… “pues mi prima se ha quedado embarazada”, o “tenemos que contaros una cosa, estamos embarazados!” (y tú tienes que poner cara de que te alegras mientras se te pone un nudo en la garganta y se te humedecen los ojos pero no puedes decir nada…)
En la pareja, las cosas cambian… cada uno vive su particular montaña rusa, y no siempre van a la par, y con el tiempo, se van viendo cada vez caras más tristes, que quieren esconder pero no pueden del todo la impotencia, el desánimo, el cansancio de tanto subir y bajar… Y cada vez la caída es más abajo, pero cada vez sigue llegando la ilusión 15 días después, la vida se convierte en un torbellino de emociones, que además debe permanecer oculto a los ojos de los demás. Por supuesto con el paso del tiempo la vida sexual se resiente, porque pasas de disfrutar sin pensar en nada más, a incorporar a la dinámica fechas, momentos, ahoras, “no me apetece mucho pero venga”… y otros, que no hacen sino abundar en esta tormenta de emociones. Y dejas de hacer planes, y no coges un avión “por si acaso”, y no te atreves a bucear, a esquiar, y a tantas otras cosas “por si acaso”…
Y dos años así se hacen largos… Porque es mucho lo que pones en ello. Es mucha la ilusión en cada luna, y mucha la desazón con cada regla. Y porque no se trata de reservar unas vacaciones, ni de comprarse una tele más grande. Hablamos de tener un hijo, de cambiar tu vida, de formar una familia… ese cambio tan importante al que te puedes abrir pero no sabes cuándo llegará. Y son muchos los embarazos que te cuentan en todo este tiempo. Y no sabes con quien hablar de esto, ni siquiera sabes si quieres hablar de esto.
Bueno, hoy estoy tranquila escribiendo esto mientras mi chico y mi pequeño de cinco meses duermen, ahora es fácil. Pero no quiero dejar de hacerlo, porque me sirve para sacar todo eso que hablé tan poco, y porque yo en su día no sabía que no estábamos solos en esto.
Estos dos años han sido muy ajetreados. Al principio uno confía en la espera y en la paciencia, pero solo hasta que llegas a esa peligrosa fecha que dicen que es la media de lo que se tarda (que por cierto, sube y sube). Luego ya te desesperas y empiezas con pruebas, analíticas, búsqueda de problemas donde no los hay, colas en la seguridad social, citas para dentro de 5 meses, esperas interminables, culpas, explicaciones surrealistas a los comentarios de “y vosotros para cuando??”, no comprendes nada. Y no comprendes porqué después de todo ese tiempo, de repente, estás embarazada. Así.
Entonces es cuando te das cuenta. De que no era por nada. De que la espera no ha sido en vano. Porque además de consultas y analíticas, durante todo ese tiempo también han pasado otras cosas. Ese cambio de alimentación, ese cuidarse, aquella terapia para resolver aquel problema, ese giro en la relación de pareja que ahora afronta la vida fuerte y unida, ese aprendizaje, ese darse cuenta de dónde están realmente las cosas importantes. La vida quería llegar, pero no de cualquier manera. Necesitaba que preparáramos el terreno mejor. Y más si la vida venía con una cardiopatía. Nos necesitaba fuertes. Nos necesitaba unidos.
La union hace la fuerza y arriba los corazones! Te felicito.
ResponderEliminarun beso
Me encanta leerte..... !!! Felicidades ... Un besazo
ResponderEliminarPues sí Maria, así es la vida... te da y te quita, te quita y te da, pero nunca nunca es porque sino para que y tu, mujer sabia y poderosa has sabido verlo y aprenderlo. Sabes lo bueno de escribirlo? Que haces compañia, quiero decir que por lo menos a mi me acompañas pues aunque lo mio no fue largo en el tiempo sí experimente las mismas emociones en la busqueda y por supuesto me senti muy sola... Me alivia sentirme acompañada aunque sea con mucho tiempo de por medio y una bebe preciosa. Gracias
ResponderEliminarCielo
Claro que sí, Cielo, somos muchas las que sufrimos en silencio, pero cuesta sacarlo... a mí me encantó aquella conversación en el banco aún con nuestras tripas... un beso!
ResponderEliminarMe dio mucha alegria tu post porque a nos ( mi marido y ami ) nos paso asi... 2 años esperamos a Ernesto... con la flia como loca preguntando y preguntando todo el tiempo. Ahora que mi hijo tiene 2 años ya, empezo de nuevo el suplicio por el hermanito. MI consejo es decir la verdad " nos encantaria hacerlos felices, pero la vida o Dios o como Uds quieran, aun no me ha dado esa dicha"
ResponderEliminarHola Gonne, me alegro que puedas tener a Ernesto contigo... ánimo con esa búsqueda... un beso!
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